Nuestros rancheros y agricultores son una parte importante de la cultura de Nuevo México y de la economía estadounidense. Son voces claves en la mesa de negociación cuando pensamos en el futuro de nuestro país. Por eso pasé varios meses en una gira de la Granja al Congreso para reunirme con agricultores, ganaderos, expertos en nutrición y otros a través de mi distrito. Me llevo estas historias de los agricultores de mi distrito conmigo a DC.
En el Congreso, he luchado duro para traer justicia a los productores de leche cuyo ganado fue contaminado por productos químicos tóxicos de la Base de la Fuerza Aérea Cannon. Aseguré una compensación para estos agricultores, y estoy presionando a Cannon para que limpie la contaminación por PFAS. También logré una enmienda a la Ley de Acción sobre PFAS para asegurar que la EPA considere los peligros de estos productos químicos en el agua utilizada para la agricultura.
Cada cinco años, el Congreso debe aprobar una nueva Ley Agrícola para mejorar y hacer cambios a los programas federales de agricultura, nutrición, conservación y las ciencias forestales. El Farm Bill es una de nuestras mejores oportunidades para asegurarnos de que nuestras comunidades locales reciban el apoyo que merecen. Estas son algunas de mis prioridades para el Farm Bill que hice después de conversaciones con los nuevos mexicanos:
Desde el diseño de maquinaria hasta el desarrollo de guarderías en las zonas rurales, quiero abordar las preocupaciones constantes y únicas que he escuchado de las mujeres agricultoras y rancheras.
Mi proyecto de ley, la Ley de mujeres en la agricultura, ayudaría a las mujeres agricultoras a tener acceso a los recursos, el equipo y la asistencia que necesitan.
Desde Aztec hasta Roswell, los agricultores y rancheros de todo Nuevo México saben que el agua es vida. Sin embargo, a veces sin los recursos adecuados para la conservación del agua. Por eso presenté la Ley de apoyo a WEST. Este proyecto de ley mejoraría los programas que apoyan la agricultura resistente a la sequía y las prácticas de conservación del agua. Mientras tanto, mi proyecto de ley, Comunidades de acequias fortalecidas por mejoras calificadas por la Ley de infraestructura, se aseguraría de que las comunidades de Acequias parciantes califiquen para los programas de asistencia en casos de desastre porque es vital que apoyemos la línea de vida de tantas comunidades rurales.
Por último, el Farm Bill es una de nuestras mejores herramientas para combatir el hambre. Por ejemplo, el Programa de Asistencia Nutricional Complementaria (SNAP) ayuda a casi 500.000 nuevos mexicanos cada mes. De hecho, Nuevo México tiene la tasa más alta de participación en el SNAP en el país. Me opongo firmemente a los recortes de los beneficios del SNAP. Las familias y los niños nunca deben preocuparse por como van a conseguir su próxima comida.